Infecciones fúngicas y autoinmunidad

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 8 de Septiembre de 2008)

Los procesos infecciosos son los principales moduladores de la respuesta del sistema inmune, de forma que la continua exposición de antígenos bacterianos puede desencadenar tanto potentes respuestas inmunitarias para eliminar la amenaza infecciosa como, en algunos casos producir respuestas de autoinmunidad al alterarse la tolerancia frente a determinantes antigénicos propios del huésped. Existen pruebas de que el contacto mantenido con productos de degradación bacteriana como ocurre con la flora bacteriana saprofita de nuestro intestino puede favorecer los mecanismos de tolerancia inmunológicva frente a estos antígenos y en consecuencia disminuir los procesos inflamatorios crónicos del intestino. Estas y otras observaciones han dado lugar al desarrollo de la teoría higienista, según la cual el continuo contacto con microorganismos en el transcurso de la infancia modula la respuesta inmunológica del huésped, de forma que en los países occidentales, donde se ha observado en las últimas décadas una disminución de los procesos infecciosos como resultado de la mejora de las condiciones higiénicas, se ha observado un importante incremento de las enfermedades alérgicas y autoinmunes. L. Romani. Parasites and autoimmunity: The case of fungi. Autoimmun.Rev., 2008. http://dx.doi.org/10.1016/j.autrev.2008.07.004; revisan el estado actual de conocimiento entre infecciones fúngicas y desarrollo de procesos autoinmunes.
En el caso de las infecciones micóticas la respuesta inflamatoria es crucial para erradicar la infección, en el sentido de que pequeñas respuestas inflamatorias previenen o limitan la infección, en tanto respuestas inflamatorias potentes dificultan el control de la infección por el huésped. Esta observación deriva del hecho de que el tratamiento con corticoides se asocia con una mejor respuesta y mas rápida curación en la candidiasis diseminada crónica tras el tratamiento antifúngico. La cuestión que algunos autores se plantean es si la exposición o colonización del huésped por hongos desencadena una respuesta inflamatoria que en cierto sentido modula la posterior diseminación de la infección.
Existen evidencias de que la exposición a Candida puede desencadenar respuestas de autoinmunidad, al compartir la levadura algunos epitopos con proteínas del huésped. En este sentido, es cierto que la respuesta inflamatoria frente al hongo puede limitar de forma importante la infección, aunque una respuesta inflamatoria excesivamente potente puede originar respuestas de tipo de autoinmunidad y procesos inflamatorios crónicos en el huésped. Los linfocitos T-helper (Th-17) y la IL-17 parecen jugar un papel importante en la progresión de la inflamación localizada a procesos inflamatorios sistémicos y el desarrollo de patologías sistémicas inflamatorias; se ha comprobado que tanto la respuesta IL-17 como IL-23 son inhibidas por la infección micótica. La Il-12 se ha implicado en el inicio y mantenimiento de las respuestas Th1, responsables de las respuestas de tipo alérgico y de autoinmunidad. La respuesta inmunitaria innata, a través de la respuesta TLR-4 tiene un importante papel en la regulación de la respuesta inflamatoria frente a los hongos; en el sentido de que pueden tanto promover como inhibir la activación Th-17, por lo que se ha sugerido que son las condiciones locales las que intervienen directamente en la regulación de esta vía. La capacidad de los hongos de activar la respuesta Th-17 es uno de los mecanismos utilizados para modular la respuesta inflamatoria del huésped con impacto sobre el estado de portador y la patogenicidad. La activación del enzima indolamina-2,3-deoxigenasa en las células dendríticas tiene un papel crucial en la inhibición de la respuesta Th-17 y generación de tolerancia inmunológica.

Dr. José Uberos Fernández 

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